Carta de Bienvenida a los socios

Sí, ya sé lo que están pensando... Nos estamos yendo al recarajo con la joda, pero buee, si no ¿cuándo? ¿A los 30? ¡Déjense de joder! El club abrió las puertas a toda orquesta, canilla libre de petroleo, asadito en demasía y mucha, pero mucha onda. Hasta volvimos a crear esos videos dignos de un Taranta o ¿no será Caranta?
Pero ser socio del CDF no es sólo juntarte con tus amigos y abrazar una botella de alcohol, olvidarte de tus problemas y sumergirte en la bajeza de la borrachera y la delincuencia. Hoy estamos haciendo escuela. Hoy empezamos en un bar. Mañana... no sé, quizás en una escuela rural o en un comedor infantil.
Eso sí, no olvidemos el Marketing. A fin de cuentas, tenemos que mantener los costos fijos. En la próxima reunión de directorio hay que ocuparse del tema ventas. No puede ser que no tengamos publicidad de los distintos Fernet del mercado.
¿Y la cuponera? Ya va a llegar la tarjeta de descuento del CDF. Donde podamos comprar con descuentos en comercios y tengamos promociones en los shoppings. Sí, sí, Chavo, vos cagate de risa pero, ¿sabés que? Cada día somos más. Y no te lo digo yo, Whiskero Veleta, te lo dice el club.
Chaucha.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Y UN DÍA.... ¡VOLVIÓ FALOPA!

No estaba saliendo de sus problemas del alcohol en una clínica de Alabhma. Mientras Niklauss y Falein intercambiaban pintas y petroleo una cabeza calva asomó por las puertas de Temple Bar. Ese invdividuo era "Rantez" más conocido como "Falopa" o Spinelli para los letrados. Intacto, como de purrete. Nos relató que fue a la fiesta de la cerveza en Villa Gral. Belgrano y nunca cayó en el cemento. Llegó a tomar 4 litros de un saque y su semblante nunca tembló ni sufrió alteraciones. Descreidos lo mirabamos, sin entender si lo que contaba era una fábula, cargada o si venía fumado. Lo cierto es que nos mencionó testigos del hecho, pero sus celulares dieron en ocupado. Mmmmm Mepa que va a tener que demostrarlos en la cancha. Será la próxima! ¿Podrá?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Grande falopa, no te mueras nunca! JAJA

Anónimo dijo...

Jajaja... muy buena crónica!